miércoles, abril 27, 2005

Archon Satani y Mis dulces Sueños


Es una sensación de extrema frialdad o distorsión absoluta... El descontrol de los latidos está cada vez más presente. Para colmo de males, en cualquier momento esa mano opresora continuará con el ritual ceremonial.
A lo lejos, diviso unas nebulosas figuras. Quizás, estos putrefactos personajes, son quienes gozan con el sádico catarsis de la tortura sensorial... Son dos o tres, que carajo importa... Siento que mi garganta se congela y que el brutal ruido atmosférico se apodera de mi mente. Y maldigo cada vez que suena el simplista sonido de percusión, como celebrando la maquiavélica situación... Pasan unos segundos y la tranquilidad anima los sinsabores. Respiro hondo, con esperanza... Sin embargo, nuevamente esos pasajes de tormentos persisten... No son muy extremo, pero sí desconcertantes...
Uffffff... ¡Qué mierda ha pasado!... Mi corazón late con vigor, mientras intento tranquilizarme... Por fin, parece que todo a terminado... Cuando despierto me doy cuenta que nuevamente, enajenado por escribir por escribir, me he quedado dormido escuchando una producción musical...
Ni más ni menos es Archon Satani, con el álbum “The Righteous Way To Completion”, quienes hacen de las suyas en mi caótica habitación. Y en 45 precisos minutos, Mikael Stavöstrand con sus discípulos explotan el exquisito Dark Ritual Neo Industrial. Macabro, pero muy cautivante. ¿Gran dualidad, cierto? Sí... Ahora que retomó la plena conciencia, recuerdo este visceral proyecto paralelo de Thomas Pettersson. Para los desinformados o desmemoriados, el antes mencionado músico después crearía una de las propuestas más aplaudidas del Maligno Folk Etéreo: Ordo Equilbrio. Como les contaba o intentaba hacerlo, bajo el sello inglés “Cold Spring” en 1997, se editó este bizarro alarido artístico. Muy tenue, minimalista y directo... Tres conceptos que muchos “creadores” deberían de fusionar. ¿Alguien tiene algo para el maldito dolor de cabeza?

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena historia para habalr de un disco. dan ganas de ecucharlo