jueves, enero 03, 2008

Sigur Rós , "Svefn g englar"

Cuando los rutinarios días nos aturden con el sofocante calor, después de horas interminables siempre es tranquilizador el abrir una ventana y dejar pasar la escasa brisa que busca su lugar, pasada la medianoche.
Es que cuando se abre las ventanas, los aires terminan llegándote, con sus matices respectivos. Y sí estás más alerta, porque en compás de espera puede quedar momentáneamente las inherentes tensiones que caen de cajón, lo refrescante terminará visitándote… Tarde o temprano.
(Lógica de la vida misma).

La inflexión verdadera y silenciosa es una de las prácticas íntimas más seductoras que deben de existir, más aún resulta saber que de concretarse no personifica una cuantiosa morosidad económica o afectación negativa a otros.

Prueben con tocarse, tocarse más la piel y preguntarse porque se siente su resequedad y cuáles serán las vías menos dermatológicamente testeada para solucionar su humectación.
Sonrían y tengan instancias de erotismo más puros hacia consigo mismos, después vendrá lo demás. Y si viene, que por mi venga de la mano melódica de esa guitarra más prolongada e hipnótica que propone Sigur Rós.