martes, marzo 01, 2005

Rajna: El étnico grito desde el “Techo del mundo”


El rescatar las esenciales características de una cultura o civilización, ha sido el objetivo preponderante de algunos curiosos músicos. Más interesante resulta aquello, cuando estos elementos nos hacen entender un sin número de códigos tan lejanos para nuestros sentidos.
Sin duda, Lisa Gerrard y Brendan Perry encaminaron sus originales pasos para retrotraernos a un mundo cautivante. Desde su primera placa homónima de 1984, la perdurable fusión del Folk Europeo y las íntimas atmósferas ancestrales, afianzaron un estilo propio y tremendamente influyente.
Aunque después de la separación de Dead Can Dance, muchos “viudos” inconformes quedaron degustando otros brebajes similares esperando la venidera resurrección del aplaudido dúo australiano.
Si bien “Inmortal Memory”, último arranque personal de nuestra introspectiva musa de la mano del clásico músico Patrick Cassidy, nos entrega un subjetivo “calmante” sonoro; nunca basta para “saciar” las ansias de más Dead Can Dance.
No obstante, los franceses de Rajna quienes editaron su primera producción “Ishati” por el sello Prikosnovénie y en actualidad lo efectúan bajo el catálogo de Holy Records, se empapan con muchas de las tradicionales melodías de aquella sutil “muerte que vuelve a bailar” patentó en la segunda mitad de los 80’s.

Esto no significa que ese alto grado de referencia detone el simple y vulgar “calco estilístico”. Porque más allá de cualquier aceptable guiño, la pareja creativa conformada por
Jeanne Lefebure y Fabrice han revitalizado un sonido tan persuasivamente provocador.

Instrumentos que pueden ser muy distantes para nuestro oído occidental, como es el Yang T’Chin o registrar su tercer disco en el Monasterio de Kyi Chú, personifican la latente preocupación por abordar temáticas tibetanas.
Esos básicos principios de alcanzar “la verdadera pureza humana”, en la cuna espiritual del Lamaísmo, han sido históricamente restringida por el opresor gobierno chino. Además las controvertidas imágenes esotéricas, las cuales testifican el origen de chamanismo, evidencian la esencia del sectario budismo reinante en la aislada región.
Y gracias a esa mística reaccionaria, estos artistas galos ya han publicado cincos interesantes álbumes. “Hidden temple” su última entrega, en cuya edición limitada puedes apreciar la selección de demos y versiones extraoficiales de los antiguos temas, se encarga de extrapolarnos a un viaje celestial con la utilización de una treintena de instrumentos orientales.


Sin mayor consigna que adentrarnos en quejumbrosos cánticos rituales, los cuales nos llevan a contagiarnos con una tranquilizadora aura étnica.
Toda esta experiencia es altamente recomendable para quienes, sin afán de elitismos mal entendido, piensan que en simples compases se puede conocer conductas y comunidades educativamente enriquecedoras.

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