domingo, marzo 20, 2005

No hay nombres en la Zona Muda


Nada tiene que ver el dolor con el dolor,
nada tiene que ver la desesperación con la desesperación,

Las palabras que usamos para designar esas cosas están viciadas,
No hay nombres en la zona muda”.


Enrique Lihn, (1929-1988), fue uno de los poetas más crípticos de esa hermosa generación chilena de los ‘50.
Y más que eso, un personaje que deambuló por esta ciudad, cuestionándose lo que suele pasar desapercibido.
Compañero de andanzas con Alejandro Jodorowsky, narrador de la inconsciente nada atemporal, dibujante compulsivo, locutor radial por conveniencia y, definitivamente, escritor poco complaciente con lo masivo.
Su obra, por una aura gemela que anda circulando frecuentemente en la estación del metro “Los Héroes”, se apoderó de mí.


Ojalá, también, se detengan en él.

3 comentarios:

SebastiandelaGente dijo...

mmmmm bien por los "tips"... yo tambien aplano calles conectado a ondas sonoras... sobretodo cuando es verano... y cuando no es también.
Aguante Saavedra.

Totis dijo...

Hola:
Lei el post... no se de donde me habras sacado pero en fin, whatever.
Mis sueños mediaticos no han alcanbzado el vuelo que quisiera, pero estan, nunca dejan de estar.
Criticas de gente como tu ( que sabe de lo que habla; me ido dando cuenta al leer el blog) me sirven, soy una pendeja, me falta mucho por recorrer, aunque quiero tomar un atajo.
Suerte, lo haces muy bien
Rocio

Musa Floydiana dijo...

Aun recuerdo como conocí “celeste hija de la tierra” que al paso del tiempo me marco cuando lo leía. Me hacia sentir tan completa y comprendida. Era Cristian Díaz en su mio cid programa especial…nocturno…se acabo y no hay mas vuelta. Dictaba a Linh uno lo pedía…éramos pocos y muchos a la vez en ese estado mas interno. Creo que por flojera y lo asumo muy malo esta no volví a preocuparme de este gran hombre..y recuerdo: “porque escribí….”


Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos sicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.


pd: Gracias como siempre...