jueves, marzo 31, 2005

Felicidad Transitable



Felicidad flexible que se añora.
Mucho indicios que determinan los demás, pretenden dictaminarte.
Pretenden decírtelo o asegurarlo.
Cómo aquella formula tan manoseada.
Tan así de cercana, humana y mediatizada.
Esa en la cual, deberías de conformarte con lo que hay.
Y seguir siendo incapaz de valorar lo que existe, cuál cercano al espíritu egoísta más aberrante.
Tan tenazmente enjuiciado.

La felicidad que le otorgas coloración de instantánea, pero que sabes lo minucioso del proceso para merecerla.
¿Porqué habría que venir tan de repente?

Ayer que intentaste encontrar un camino sinuoso
Que, incluso, pensaste que te apoderabas de ella.
Muy ingenuo de tu parte
Muy celeste intenso para estar vivo.

A veces, el sabor del dolor te resulta vibrante.
A veces, esta de más mencionar pormenores del trasnoche nublado de mentiras.
Aunque, siempre, las preguntas masoquistas surgen sin querer queriendo.

Felicidad tenue que se acerca, te descoloca y dice que estas vivo.
Esa que te remece, día por medio, como una melodía acaramelada de tus pasos sin sentidos racionales.
De tus pasos de ciudad furiosa.
Con contemplaciones de los otros, que merecen cero reflexión interna.

Felicidad que resulta tan esquiva, como “la niña bonita indiferente de antaño”.
De esa que le contemplabas, con rigurosidad amatoria, sus piernas direccionales y juntas.
Adolescentes o intocables.
Nunca abiertas, siempre lejanas.
Nunca reales, siempre detonadoras de las imágenes perversas o serviciales.

Felicidad que no se cubre con cheques a fechas.
Felicidad, nunca lúcida en el encuentro nocturno de moda.
Felicidad que te coquetea cada segundo, pero que es evasiva.
Que te enfrenta, sin descaro, insinuándote que en una de esas...
¿Te toca?

Felicidad que cobijas, sólo por segundos, demasiados cortantes.
Tan así de corto punzante que te desesperas con vulgaridad barata.
Felicidad que te hace el quiebre de cadera, engañándote, para después dejarte caer.
Felicidad flexible y proclamaba en el acto sagrado de la unión bipolar.
Felicidad anhelada o vendida, al conteo del mejor postor de esta auto flagelante comunidad gutural.

Felicidad demasiada flexible para moldeártela sin caminos opresivos.
Felicidad tan abúlica y despampanante, que ya te hace olvidar algunos de tus sentidos iniciales.

*La pintura que acompaña este inconducente posteo, pertenece al artista francés Paul Gauguin. (1848-1903).

Habitualmente asociado por su cercanía con Van Gogh, Gauguin se dejó llevar por las influencias culturales de pueblos primitivos. Además, rescató variados elementos iconógráficos de los grabados japoneses. Y se declaró admirador de los relajantes paisajes que lo acogieron en la Polinesia.

Su obra más aclamada, titulada "¿De dónde venimos, qué somos, dónde vamos?" (1897, Museo de Bellas Artes, Boston, Estados Unidos), fue realizada antes de su intento de suicidio.

7 comentarios:

Coffee dijo...

que obra tan llena de luz...

www.raconto.blogspot.com

Paty dijo...

Finalmente tengo el tiempo para echar una primera mirada a tu blog y me auto-invito a regresar!!

Variado y con mucha tela para cortar y reflexionar. Enhorabuena.

Andrés Moya dijo...

Saludos Jorge:
He aceptado tu invitación...
Aunque tu blog parece reciente, voy a estar atento a los temas que publiques. En todo caso escribes bien.
También visité www.lorelei.cl. Un tanto dark para mi gusto, pero disfruté las fotos.
Saludos

Totis dijo...

Al leerte me siento mas pendeja de lo que soy, mas tonta de lo que puedo llegar a ser.
esa capacidad para pensar y refleccionar, me la envidio. Como dice en tu link de mi blog.
"Una persona muucho mas inteligente que yo"
Se Feliz

Anónimo dijo...

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Roberto Iza Valdés dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Roberto Iza Valdés dijo...
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