Poemario Cero
Pese a que no es santo de mi devoción literaria, últimamente he estado reflexionando sobre algunos planteamientos expresados en “Algo sobre el arte de la poesía” de Miguel Arteche.
En dicho texto, desde aquel lugar del actor principal, el escritor chileno lanza sus variadas interpretaciones a las circunstancias vivenciales y el cómo influyeron en que muchos escritores se introdujeran por los reconfortantes caminos poéticos.
Y releyendo aquellos fragmentos, en donde expone las similitudes bien racionalizadas gracias a un paralelismo de dicha vertiente artística con el descubrir ingenuo del niño frente al mundo, la pregunta fisgona nació espontánea.
Porque para ser sincero, ya ni me acuerdo en que presuntuosa divagación o sincronismo mágico apareció mi alienante gustillo por la poesía.
La data exacta de este acercamiento que se ha vuelto tan vital, no se remonta a los años escolares, donde las imposiciones de textos clásicos me malhumoraron más de una vez. Menos en una Escuela de Periodismo tan poco atinada al incentivo del descubrimiento de esta visceral prosa. Claro es que en la despistada mirada preliminar tuvo bastante que ver mi compulsiva y creciente melomanía.
Aunque para ser bien riguroso, no sería capaz de precisar bajo que cotidianas situaciones las “esculpidas” líneas del recientemente fallecido Ian Hamilton Finlay o la críptica camada de lírica, en Francia, de finales del siglo XIX fueron el caldo de cautivo para hurguetear por más.
Creo, me encantaría deducirlo así, que el impulso por proyectar aquel pleno mundo imaginativo siempre ha terminado por ser una motivadora válvula de acción. Una instancia de refugio emocional que puede ser colindante hacia lo racional, aunque en esa encrucijada no pierda sentido, ni sea abúlica porque sí.
“Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras.”, confiesa Dylan Thomas, en su ya clásico testimonio llamado “Manifiesto Poético”.
“Lo que las palabras representan, simbolizan o querían decir tenía una importancia secundaria; lo que importa era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo. Y para mí, esas palabras eran como pueden ser para un sordo de nacimiento que ha recuperado milagrosamente el oído, los tañidos de las campanas, los sonidos de instrumentos musicales, los rumores del viento, mar y la lluvia, el ruido de los carros, los golpes de los cascos sobre el empedrado, el jugueteo de las ramas contra una ventana.... No me importaba lo que decían las palabras, me importaba los colores que ellas arrojaban a mis ojos”, lanza tan vivo en su severa voz, el célebre literato inglés.
Seguramente que algunas de estas afirmaciones en términos fríos y concretos son miradas, por muchos, con distancia e indiferencia. En especial cuando el avasallador modelo neo brutalista de los cantos del “aparentar ser”, impone que la actitud del regocijo verbal tiende a irse por el riel alternativo y transitar en las buenas intenciones, de quienes sí las valoramos.
Pero, que va. Ya lo decía Jorge Teillier quien sí entendía de imágenes escritas muy bien iluminadas, además de húmedos vagones de trenes: "La poesía es la verdadera vida. Y esta puede ser vivida en la tranquilidad de la aldea o en el bullicio de los bares. En la soledad de los bosques sureños o de los solitarios domingos urbanos, mirando los últimos reflejos del sol, en cualquier vidrio común'”.
lunes, mayo 15, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
Parece que la poesía nació con el ser humano,aunque quizá para algunos es dificil captarlo así.
Incluso las repetidas canciones se reducen a poesía.
Y hay de palabras y lugares...algunos les agrada escribir lo que sienten,otros dedicar esmeradas tardes en terminar agradables composiciones,aún algunos escriben como un método de escape...la razones resultan tan variadas como los temas...
Y aún así,prefiero la poesía de la primera mitad de siglo XIX...con aquella nostalgía que muchos otros poetas mantienen aún...
Y todos, de una u otra forman,llevan a ese poeta mezclado en su sangre,escondido en la sien...
Cuidate mucho
Auf Wiedersehen!
Al parecer la poesía siempre evoca aquellas pronunciaciones en voz alta...en especial cuando aquel juego de palabras se torna melodioso,siempre tomando algún matiz diferente...
Al igual que algunas famosas palabras,que frente a un espejo o frente a otros ojos,cobran vida...
Como Huidobro decía...cada poeta es un pequeño dios...
Auf Wiedersehen!
nuevamente por aca, llevandome gratas sorpresas con los ultimos post.
Espero que pronto Cathy Lean lance su disco solista. Con respecto a la poesía no me he sentido nunca atraido por ella.
saludos.-
Jorge Saavedra, CONOCIDO buscaba hoy una experiencia
agradable del blog en descargar música y encontré su Web site.
el this post no era exactamente lo que buscaba pero
consiguió mi atención e interés. Veo porqué llegué en
su Web site excelente cuando buscaba para la
información relacionada descargar música y estoy alegre yo
aunque su no un exacto cupe. GRACIAS!
La poesía da vida al espíritu!
Besos.
El desorden descree de cualquier versión de mito fundacional. No le gusta preguntarse désde cuando soy?
Confía en que no toda siutiquería logra la apariencia de elegancia.
Publicar un comentario