Disco tomía
En cada milimétrico trazo que lanzaba, sin razonar como debía, ocultándose en el discurso del no existir. Cada cuál hacía lo suyo y mientras él estaba dibujando ese lejano contorno femenino, se sentía cálido.
(Sin respuestas, menos salidas).
No sabía quién era, menos si en aquella enorme ciudad pasada a humo existiese. Por momento, el rostro húmedo y agobiante de tranquilidad austera quería tomar vida propia. Y este seducido espectador, garante de sus líneas sutiles, sonreía maliciosamente.
Porque de andar caminando por allí, la niña-mujer silenciosa que se apoderaba del gran escenario blanco debía de probar sus labios acogedores.
Seguro que mordería con pulcritud de literato obsesivo su labio inferior. Seguro que tentaría para el poquito más, dejando aquel gustito a poco.
En cada imaginativo espacio de la habitación ubicada en el no sé dónde, sonaba con el volumen calmo el disco del Beatle de los cachetes rellenos, cómo acostumbraba a llamarlo su madre.
“London Town”, una vieja producción que fue titulada por muchos en la mediocridad incomprendida, yacía al cantito somnífero de la creación tildada de “ella”. Mientras afinaba su nariz o esquizofrénicamente pensaba en que tenía un carácter fuerte y voz leve, también fantaseaba sin frenos esquemáticos.
Era el estudiante ensimismado, dibujando frente a la manzana verde sin terminar.
Fue la cara perdida e insólita, diluía en los compases de una agrupación que estaba por desaparecer, cargando los fantasmitas rotundos de otro cuarteto aún más decidor.
Estaba el sosiego desterrante de un disco abortado en su forma y “I'm Carrying”, el tema sacado de una por Paul, acompañándose de la estremecedora guitarra acústica.
Concluía que su idealizada obsesión del que pretende crear y hace nata en el intento, puede ser más satisfactoria por la sintonía fina del intimismo singular.
El no entendía el porqué de la aparición de ese rostro desconocido en la hoja, menos si su actuar debía ser causa de preocupación terapéutica y cómo muchos periodistas fanfarrones lanzaban tantas críticas adversas a dicho álbum.
martes, abril 04, 2006
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9 comentarios:
Imágenes...un observar detenidamente,largo tiempo...incansable.
Esperando que alguna hoja callese suavemente y se estrellara sin meditar...
El silencio que predomina sin preguntar,las palabras que no necesitan manifestarse pues se adivinan...
Dibujar sin papel ni lápiz,manifestar la tranquilidad una tarde...
Cristalizar las horas...un momento...
La tristeza que se evapora en un mirada...en un susurro...
Auf Wiedersehen!
me encantaros tus lineas..
claro que pasare por aqui seguido!
Claro que entendí. Cómo no iba a hacerlo.
C
aca el aire que se respira es muy grato.
Muy buen Blog.
Buenas letras.... aunque eso de las negritas me desconcierta a little.
Por cierto la Stella Díaz es mi musa, bella, furiosa, apasionada, bohemia, nocturna, desprejuiciada, triste y desafiante.
Buena forma para hablar de Paul.
Te dejo un abrazo.
Que jovencito que aparece Paul en esa foto!! Qué ganas de que viniera de nuevo...
Su último disco es tan nocturno y agradable en soledad.
Saludos George S.! :P
Mis sinceras felictaciones por tan hermoso blog. He pasado un largo rato leyéndolo.
Hola Jorge, aquí ando atendiendo a tu invitación. Esta es sin duda mi película favorita de Lynch, no sabía sobre el libro, habrá que darle una muy buena ojeada.
por cierto, me la he pasado bien en tu blog, seguiré un rato más leyendo,
saludos!
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